Conocí a Judith Gardea un 18 de julio del 2011. Era mi cumpleaños. Montábamos tertulia y bohemia en aquel bar de reputación dudosa con luces rojas del centro de la ciudad. Desde que conviví por primera vez con ella super que su energía era uno de esos vértigos creativos. No me equivoqué.
Han pasado los años y en ese devenir me ha tocado atestiguar su progreso, como artista y como persona, en un camino que le ha demandado no poco esfuerzo. Cuando la conocí ya era locutora e incluso dirigía un programa los fines de semana en Radio Universidad. Vale la pena destacar que entre los muchos talentos que posee Judith, su voz –apoyada por una entonación y oratoria siempre adecuadas– sobresale por su afabilidad. Como locutora y gente de radio, Judith tiene experiencia suficiente, ya que además de los años de trabajo en Radio Universidad, también habría de sumarse su paso por la estación Super 92.5, y su constante servicio como prestadora de voz y redactora para innumerables spots, e incluso en la radionovela “Pancho Villa, ¿héroe o villano?”. De esa experiencia surge su incursión en nuestro proyecto y por supuesto su diligente cooperación, pues han de saber que Judith, además de presentar un cuento de su autoría en nuestra actual segunda temporada, también brinda voz en otros cuatro episodios.
Judith Gardea es Licenciada en teatro por la Facultad de Artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua, título que la ha llevado a participar en una amplia variedad de proyectos teatrales como actriz y asistente de dirección. He tenido la fortuna de ser testigo de su trabajo actoral al verla participar en una triada de obras, y su enfoque siempre destaca por su entrega y por su profesionalismo, cualidades que siempre van de la mano de su espíritu de servicio. Recuerdo con beneplácito sus participaciones en obras como “Los cuervos están de luto”, donde explotaba el lado lángaro de su personaje, o en “Monólogos de la vagina”, donde aprovechaba el humor socarrón. Pienso que de esa multiplicidad de voces que amasa desde sus conocimientos de actuación, termina permeando en su trabajo literario.
En la dramaturgia, ella –según me ha confesado– encuentra una afición tremenda, aunque también un respeto secreto, por lo que gusta trabajar sus textos a fuego lento. Como dramaturga, no solo ha compuesto sus textos, sino que también los ha llevado a escena, como sucedió en “Noches de amor y bolero, presenta…”, donde su pieza fue dirigida por Said Corral. Así mismo, también fue incluida en el libro Aurora teatral, una recopilación de textos dramáticos universitarios, publicado por la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Más allá de todos sus logros y su tan loable trayectoria profesional, lo que más valoro de Judith Gardea es su calidad humana. Constantemente, la joven dramaturga, se caracteriza por su preocupación social y sus ganas de ayudar. En su afán altruista Judith ha formado parte del “Club Activo 20 30” por ya varios años, una organización internacional que realiza obras de bien social para la niñez desvalida de la comunidad Chihuahuense (por cierto, te invitamos a conocer más de este grupo y sus objetivos aquí).
Pienso en todo lo anteriormente descrito y no puedo ocultar mi admiración. Es maravilloso como ese vértigo creativo que observaba personificado en ella hace ya casi diez años, es ahora una de las fuerzas principales que nos auxilia para la realización de nuestro podcast. Mi gratitud eterna para con ella.
Basta decir por ahora, que actualmente Judith se desarrolla como docente en el Conservatorio de Música de Chihuahua y en el Colegio Albert Einstein Koch, impartiendo las materias de filosofía, historia y artes, por lo que apuesto que desde su trinchera educativa pone todo su empeño para impactar positivamente en su entorno.
