Verdades y mentiras sobre la traducción/redacción de contenidos

Si trabajas en la industria de la escritura o estás considerando seguir una carrera en la traducción, sin dudas encontrarás innumerables comentarios que reflejan la falta de conocimiento sobre los procesos creativos y mentales de quienes nos dedicamos a trabajar con la palabra. ¿Cuántos de estos has escuchado?:

“No entiendo porqué me cobras tan caro. Mi primo Alberto habla inglés…, le voy a decir a él que me traduzca esto”…

Esto es como decir que cualquier persona puede ser escritora por el simple hecho de saber juntar vocales y consonantes en su idioma natal. La traducción es una habilidad que no todos poseen, incluso si dominan varios idiomas. La traducción requiere horas de trabajo intelectual meticuloso por parte de personas que han invertido años en lograr no solo la excelencia en al menos un par de idiomas, sino también notables habilidades de lectura y escritura. Estas inversiones raramente son baratas. Como dicen por ahí: “No cobro por lo que hago sino por lo que sé”.

Los traductores hablan y escriben con gramática y prosa pulidas. Además, no solo traducen, corrigen. Muchas veces el texto de origen no tiene sentido o coherencia en un idioma porque, para evitar que la traducción no parezca sacada de contexto, los traductores también nos convertimos en editores que dan sentido al significado y significante del mensaje original. En otras palabras, si en un texto observas que en la versión traducida hay, además, un verbo que en el texto original no aparecía, o un conector que hace fluir mucho mejor las oraciones entre un párrafo y otro, eso es producto de la traducción y su proceso de edición.

Foto tomada de Facebook.

“¿Una hora para trabajar un texto de media página? Esto lo traduzco con Google Translator y ya con eso resuelvo”

Los traductores saben cómo usar herramientas profesionales. Una herramienta de traducción asistida por computadora (CAT) ayuda al traductor a trabajar de manera más rápida, eficiente y consistente; pero la máquina hace el trabajo por ellos. Mucha gente piensa que el proceso de traducción asistido por computadora va a reemplazar a una persona pero las máquinas, por lo menos por ahora, no saben traducir el humor ni el sarcasmo, por poner algunos ejemplos.. Es cierto que las traducciones directas son mucho más rápidas que cuando las realiza una persona, pero, por ahora, la inteligencia artificial no saben reflexionar sobre contextos culturales y usos idiomáticos. Muchas de las veces, sus traducciones son hechas sin tomar en cuenta sí el uso de un vocablo es el apropiado en una cultura y no en otra o si el sentido de una palabra está reflejando el sentimiento intelectual de quien lo dijo.

“Mi primo Alberto, el que vivió en Nueva York por tres años, me dijo que podía traducirme este manual de Manejo de Alimentos y Seguridad Alimenticia por $50 y un six pack”

Los traductores tienen conocimiento en temas especializados. Imagina que te pidieran hablar sobre mallas pélvicas u operaciones quirúrgicas con brazos robóticos Da Vinci. A menos que hayas hecho estudios relacionados con estos temas, no sabrás de lo que hablo. Esto se aplica a medicina, derecho, construcción, ingeniería, etc. Cada disciplina requiere traductores expertos. La ventaja que tiene el hecho de ser un periodista con cerca de 20 años de experiencia ejerciendo, es que a lo largo de este tiempo he tenido la oportunidad de aprender sobre todos estos temas, no solo investigando sino entrevistando a los actores principales de estos conocimientos y desarrollos.

“No te preocupés, en el Call Center hacía lo mismo con un chorro de viejitos que llamaban para pedir cita con sus doctores. Dejamelo aquí y cuando tenga un chance de ir al baño, lo leo y te lo traduzco”: el primo Alberto

Para ser un traductor, debes ser absolutamente meticuloso. Debes tener excelentes habilidades de escritura y ser riguroso con la gramática y la puntuación, así como poseer un conocimiento excepcional tanto del idioma que traduces como del idioma al que te traduces. Los traductores trabajan con la palabra escrita. Para ser un intérprete se requieren excelentes habilidades orales, velocidad de reacción y la capacidad de adaptarse inmediatamente a los hablantes, situaciones y temas.

Los traductores en realidad no necesitan entender lo que están traduciendo

¿Le pedirías a un médico que te explicara un documento legal? Los documentos que requieren traducción suelen ser muy técnicos, como contratos legales, patentes, informes financieros, informes médicos y comunicados de prensa de marketing. Para que un traductor pueda reproducir un documento en el idioma de destino, necesita comprender completamente el texto original, tanto palabra por palabra, como en su conjunto. Esto para tener una buena comprensión del tema en cuestión, a fin de garantizar que el significado sea transmitido con precisión en la traducción y que está escrito en el estilo y el lenguaje apropiados que el lector del texto final esperaría.

Foto tomada de Facebook.

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